Es un tipo afable, sencillo y llano. Confiesa estar un poco cansado del tute que conlleva una campaña electoral, sobre todo, “porque es imposible desconectar”.
A menos de dos semanas de las municipales que decidirán el nuevo alcalde de Sevilla, el candidato del PSOE, Juan Espadas, está convencido de poder recortar al PP el terreno que le otorgan las encuestas y la reciente del CIS, que le quita la mayoría absoluta que parecía definitiva, le aporta un plus de confianza.
Además de los constantes llamamientos a la participación el próximo día 22, repite insistentemente otra idea en dos palabras: “proyecto nuevo”, expresión que delimita a las claras su situación de, por una parte no comulgar con lo hecho por Monteseirín y, por la otra, deberse al partido, el mismo que el del actual alcalde.
La batalla electoral está llegando a su fin, pero el campo principal sigue siendo el que ya se apuntaba a primeros de año: los barrios del Este de la ciudad, esos a cuya representación socialista plantó cara cuando hizo las listas y esos en los que centrará sus esfuerzos, sólo o en compañía, en la recta final.
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