La concejala número dos de Izquierda Unida, Josefa Medrano, usó el momento de la promesa de su cargo para hacer apología de su republicanismo y manifestar públicamente su rechazo al sistema. Su mini mitin fue tan complicado que lo tuvo que llevar escrito en una octavilla por si se le olvidaba.
Si unimos esto a que Torrijos aludió a la injusticia de la ley electoral, suponemos que dedicarán buena parte de su esfuerzo a luchar para que su formación política cambie este sistema que, entre otras cosas, ha propiciado que estuvieran formando parte del Gobierno de Sevilla durante ocho años.
Por su parte, Juan Bueno, portavoz del PP, hizo un discurso prepotente, crispado y fuera de lugar, más propio de un debate electoral que de una ceremonia como la de ayer.
Sin duda, detalles de este tipo deberían ser revisados por Zoido, más cuando sus intervenciones fueron tan al contrario que rozaron lo almibarado.
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