Se dice que llegada la hora de proyectar la Catedral de Sevilla, responsables de tan magno proyecto dijeron algo así como: “hagamos una obra tal que los que la vieren nos tomen por locos”. Pues eso mismo dijo ayer el alcalde.
En un momento de su discurso y después de decir que las formas curvas de las Setas “casi evocan un barroco que aquí nos encanta” (a renglón seguido llamó al arquitecto Jürgen Mayer “macareno de Berlín”) afirmó sentirse “orgulloso de haber acometido una obra tal que…” Y lo dejó en los puntos suspensivos mientras sonreía ufano.
Al final, al declarar inaugurado el Metropol Parasol, declaró “inaugurada la Sevilla del siglo XXI”.
Resulta curioso que un hombre que ha basado buena parte de su imagen en la sencillez tuviera ayer los puntos megalómanos que tuvo.
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